Julio Camba (1884-1962) viajero crítico del siglo XX

Autor de un libro titulado La rana viajera (que nos presta su nombre), Julio Camba fue un periodista y escritor de libros de viaje. Siempre desde la óptica de un ácido humor, nos sorprende con críticas que no están tan alejadas de nosotros a pesar de surgir hace casi cien años.

Julio Camba (1884-1962) viajero crítico del siglo XX

Gallego de nacimiento y con posturas anarquistas en su juventud, terminó los últimos trece años de su vida residiendo en el Hotel Palace de Madrid (donde tiene un salón dedicado a su memoria). Fue corresponsal en las capitales más importantes del momento convirtiéndose en un escritor exquisito y mordaz con actitudes políticas fluctuantes y polémicas. 

Gran aventurero, a los trece años se escapa rumbo a Argentina como polizón siendo extraditado a los pocos años por su militancia política anarquista (anterior al anarcosindicalismo) que llevó incluso a relacionarle con el atentado  Alfonso XIII, aunque no se le implicó. Superado este incidente fue enviado por primera vez como corresponsal a Turquía en 1923 para cubrir las primeras elecciones de esa república, que elevarían a la presidencia a Mustafá Kemal Atatürk. 

Su éxito le llevaría a través de los años a París, Londres, Berlín, Roma y Nueva York como columnista de periódicos de muy distinta ideología. Estas estancias en el extranjero modelaron su personalidad camaleónica que queda reflejada en sus libros y artículos de opinión. 

Sus libros más conocidos son Londres, Alemania, impresiones de un español (ambos de 1916), Un año en el otro mundo (1917), La rana viajera (1920), Sobre casi todo y Sobre casi nada (ambos de 1917), La casa de Lúculo o el arte de comer (1929) y La ciudad automática (1934). Sin embargo, su gran valor fue como columnista de prensa y muchos de sus libros son recopilación de sus artículos por lo general cortos y precisos.

La rana viajera es un recorrido por la España de su tiempo desde el punto de vista de un español que ha pasado muchos años en el extranjero y la contempla casi desde afuera. En el prólogo del libro el propio Camba describe su punto de vista: Ahora el poeta vuelve a su tierra, es decir, la rana torna a la charca. Pero, y sin que haya llegado a criar pelo, ya no es la misma rana de antes. Con un poco de imaginación nos la podríamos representar menos ingenua y algo más instruida -que no en balde se ha pasado tanto tiempo en los laboratorios- muy tiesa sobre sus zancas y hasta provista de gafas ¿Qué efecto le producirán las otras ranas a esta rana que está transformada de tal modo? ¿Cómo encontrará su charca la rana viajera, después de una ausencia de tantos años?


 

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